Podria apoyar mi cabeza mil horas entre mis piernas dejando morir el peso, como si las penas se desvanecieran bajando por mis muslos hasta el suelo.
Podria entregar mi mente en una fiesta por horas, pero al amanecer se estrellaria con la cruel realidad..
Suturaria mis heridas con las horas, con los dias, para sonreir enormemente ante los transeuntes de la gran ciudad.
Perdida y encontrada, anhelando quererme entre sabanas mojadas, despertando con insomnio y recostandome en sueños.
Buenas tardes, buenas noches, di fin a esta historia por fin.
miércoles, 18 de enero de 2017
18 suplicios
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