Aprendi de vos, mas que de mi, y es que en realidad nunca me conocí.
Quiza supe que era mudo tu encuentro,o que valia de nada mis sueños,al final del sendero en mis pesadillas siempre se dibuja una sombra,y una mano extendida estando sola.
Odio las cartas,y tanto que ansiabas, odio las ruinas,pero me acostumbro a caminar en infinitos precipicios.
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